Teletrabajo es una palabra que a Carmen Burillo y a mi nos suena bastante porque ambas llevamos ejerciéndolo desde hace años dando servicio de forma telemática a pymes y emprendedores/as.
Al saltar la noticia de las medidas preventivas que debíamos tomar a causa de la pandemia, muchas personas vieron la opción del trabajo como una oportunidad, pero a otros les inquietaba la idea…
Recuerdo cómo Carmen y yo comentábamos con algo de sorpresa en redes sociales, allá por el mes de marzo, que algunos telediarios abrieran las noticias hablando de teletrabajo, cuando tantos emprendedores digitales no barajamos otra opción laboral desde hace tiempo.
¿Qué será lo que tiene el teletrabajo que tanto da que hablar?
¿Tan novedosa es esta alternativa?
Mejor te lo cuenta Carmen Burillo, que no solo es una experimentada profesional que conoce bien el teletrabajo sino que te va a dar un montón de pautas y herramientas para adaptarte a esta situación de la mejor forma posible.
Índice del artículo
Llevamos meses escuchando hablar del teletrabajo y puede parecernos que es una moda o una necesidad impuesta a causa de la crisis sanitaria actual.
Además hay conceptos similares que nos pueden confundir. Por ejemplo ¿trabajo a distancia es lo mismo que teletrabajo?. Tienen rasgos en común, pero son diferentes. Si bien el trabajo a distancia no implica el uso de la tecnología, el teletrabajo lleva implícito el uso de softwares, herramientas tecnológicas y de telecomunicación.
Indagando sobre su origen, nos encontramos con Jack Nilles, un físico y economista estadounidense, que fue el primero en utilizar este término allá por 1973. Como ahora, surgió de una gran crisis: la del petróleo de los 70. Jack buscaba una solución para reducir el consumo de combustible producido en los traslados desde el hogar al lugar de trabajo y viceversa. Su propuesta fue “llevar el trabajo al trabajador y no el trabajador al trabajo” Podemos imaginar la revolución que supuso en una época en que no existían los ordenadores personales y las oficinas tendrían una máquina de escribir, una fotocopiadora y poco más.
Aunque todavía tuvieron que pasar años hasta que fuera una opción real. Con la aparición de internet y los ordenadores personales hacia los 90 empezó a ser una opción factible y en Estados Unidos lo pusieron en marcha desde las empresas privadas hasta los órganos gubernamentales.
Según el INE alrededor de un 8,3% de los ocupados en España realizan teletrabajo, frente al 5,2% del año 2006. Y se estima que a raíz de la pandemia esta cifra se puede multiplicar por 3. Aunque en Europa están a la cabeza países como Finlandia, ya que antes de la crisis sanitaria ya teletrabaja un 14%.
En este estudio presumo que solo han considerado a los trabajadores por cuenta ajena y no están incluidos todos los freelancers, nómadas digitales y nuevas profesiones que hace años lo adoptamos de forma libre y convencida.
El teletrabajo ha llegado para quedarse, de eso ya no hay duda. Y si entendemos el teletrabajo como una moda en que la empresa “obliga” a un empleado a trabajar en casa, lógicamente será una esclavitud. Las empresas son responsables del equilibrio entre la vida personal y laboral de sus trabajadores. Y si esas empresas no ofrecen los medios tecnológicos y el adiestramiento necesario, será difícil y muy perjudicial para el empleado, ya que su vida personal y profesional interferirán irremediablemente la una en la otra.
Por eso considero que el TELETRABAJO es un estilo de vida que ofrece libertad e ingresos haciendo lo que más nos gusta, pero que no lo puede ejercer cualquiera. No porque sea difícil, sino porque para adoptarlo hay que tener unos conocimientos necesarios en tecnología y comunicación, una mentalidad adecuada y una organización seria y profesional. Independientemente del sector, estos parámetros son comunes y sin ellos va a ser muy complicado poder mantenerlo en el tiempo y mucho menos vivir de ello.
Teletrabajar no es solo trabajar a distancia utilizando las telecomunicaciones y/o la informática. Teletrabajar es servirse de estos elementos para trabajar de un nuevo modo. Javier Thibault, Doctor en Derecho
Según mi experiencia, a teletrabajar no se aprende de un día para otro y la inmediatez tampoco ayuda. Se aprende poco a poco y muchas veces la prueba – error es necesaria. No obstante, tener unas pautas y consejos siempre ayudan. Estos son mis imprescindibles, aunque tienes que hacerlos tuyos y adaptarlos a tu forma de vida:
No se puede teletrabajar si no se disponen de estas tres herramientas que han de ser:
Trabajar desde casa, viajando o desde un lugar que no es un centro de trabajo habitual requiere de una organización impecable para ser productivo:
El entorno es uno de los factores más importantes:
Cómo te vistes, aunque sea para trabajar en casa, es más importante de lo que parece:
Estar en casa puede llevarnos comer más de lo habitual, a picar entre horas y no hacer ejercicio. Esto se traduce en malos hábitos y futuras enfermedades. Cuidarse y mimarse es necesario para tener una buena organización y productividad.
La comunicación a distancia no tiene nada que ver con estar con los compañeros de equipo en la misma sala. Cuidar los detalles es imprescindible para reforzar tu imagen y liderazgo, tanto con tu equipo como con tus clientes. Una mala comunicación puede repercutir en tu marca personal.
En cuanto a las herramientas que son necesarias para el día a día hay bastantes colaborativas y gratuitas. Aquí tienes algunas imprescindibles:
Zoom: Es sencilla y solo es necesario descargarse el programa. Además en los últimos meses, ha mejorado mucho la seguridad y confidencialidad.
Slack: sustituto ideal del correo electrónico y whatsapp en las comunicaciones internas con equipo y clientes.
A través de un espacio de trabajo que se organiza por canales, todas las conversaciones se centralizan de la manera adecuada.
Permite chat privado, llamadas de video y voz, además de integraciones con las herramientas de productividad más habituales: Google Drive, Office 365, Trello, Asana, Dropbox, Evernote, etc.
Google Workspace: es un espacio de trabajo integrado que contiene herramientas tan necesarias y conocidas como
Trello y Asana: sencillos, visuales y con posibilidad de compartir con tu equipo o clientes
TrackingTime y Toggle. Bien porque trabajes por horas, bien porque quieras optimizar el tiempo que le dedicas a tus tareas, estas herramientas son sencillas, prácticas y necesarias.
Espero que estas pautas te ayuden para poder implentar y hacer tuya este estilo de vida apasionante que ha llegado para quedarse.
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